La localidad palentina de Paredes de Nava nació bajo la unión de 21 poblados de los que ahora sólo quedan restos de tres: Sahagún el Viejo, Santa Coloma y Carejas.
En el siglo XII, al recibir los ‘Fueros’ o ‘Cartas Pueblas’ de manos del rey Alfonso VII estos poblados abandonaron los asentamientos y se concentraron en un solo núcleo de población.
La villa se estructuró en torno a ocho barrios: La Fuente, Renedo, San Miguel, San Juan, Ardagón, Mediano, Calleluenga y Gallegos, este último debe su nombre a los colonizadores que vinieron a vivir a Paredes.
El concejo se repartía en 4 parroquias: Santa Eulalia, Santa María, San Martín y San Juan.
En el siglo XV con la llegada de la familia Manrique de Lara, Paredes vive la época de mayor esplendor de su historia, constituyéndose en villa Condal. Los Manrique fueron condes de paredes por varias generaciones, siendo don Rodrigo Manrique, padre del Poeta Jorge Manrique, el primer conde de Paredes.
Otros personajes ilustres de la villa han sido Pedro Berruguete, iniciador de la pintura renacentista en Castilla. Alonso Berruguete, uno de los escultores más famosos y solicitados del s. XVI. Felipe Berrojo introductor del arte barroco en Castilla. Gregoria Matorras madre de José San Martín héroe de la independencia americana y Tomás Teresa León autor de la historia de Paredes de Nava.
En 1753 comienzan las obras de construcción del canal de Castilla en Calahorra de Rivas. Un año después llega a Paredes de Nava, formando parte del ramal de Campos.
El cereal abundante en Castilla era transportado por medio de barcazas a través del canal cubriendo el trayecto Paredes de Nava – Alar del Rey para ser distribuido por la cordillera cantábrica.
Pasear por las calles de Paredes de Nava y disfrutar de su patrimonio cultural y artístico, muestra de aquel glorioso pasado, es evocar su historia en el tiempo y trasladarnos con la imaginación al espíritu de una villa medieval llena de vida, en la que hidalgos, judíos y nobles castellanos, convivían con Berruguetes y Manriques.